Para LNC además se ha convertido casi en un segundo hogar, sobre todo en las temporadas de más conciertos, cuando vamos tres tardes por semana, o estos últimos meses, que ya ni salíamos de allí prácticamente, entre ensayos y grabaciones.
Desde que entramos por primera vez nos sentimos muy cómodos y nos entendimos perfectamente con la gente que trabaja allí; desde los encargados de sala a los camareros; que son músicos en su mayoría y presentan de vez en cuando allí sus trabajos, convirtiendo el bar en una improvisada sala de conciertos.

Otra de sus citas son los premios MILLI VANILLY, festival concurso del punk-rock en playback.
O la MONSTER PEDAL, con quedada inicial en la tienda rockabilly CHOPER MONSTER; de ahí se inicia la susodicha marcha hacia ROCK PALACE, donde hay fiesta con conciertos de amigos, sesiones DJ y sorpresas… es un centro donde convergen manifestaciones artísticas de esta índole con venta de camisetas de grupos, posters, chapas y demás merchandishing freak, CD’s autoproducidos, cómics, etc...

Berlín… ¡muérete de envidia!
Rock On, Babys!
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